Buceo en aguas abiertas, en cuevas, en pecios, en ríos, en lagos y bahías, en aguas oceánicas, plantean retos muy diferentes y dan lugar a configuraciones de equipo típicas para cada caso y suponen un sí, un no o un a veces con respecto al uso del snorkel.
Casi todos los buceadores recreativos y deportivos de aguas abiertas utilizan un tubo. En general es un objeto bastante complejo y voluminoso, con válvulas de purga, tráqueas corrugadas y dispositivos para impedir la entrada de agua. Se llevan colocados en la correa de la máscara durante toda la inmersión. A veces, se utilizan tubos compactos, que se sujetan, en un estilo muy de comando, a la cara interior de la pierna aprovechando las correas del cuchillo y que sólo se utilizan en caso de necesidad al final de la inmersión. Algunos buceadores utilizan tubos flexibles y plegables. Es fácil guardarlos en un bolsillo al inicio del descenso y recolocarlos en la correa de la máscara si son necesarios despues de emerger.
Los buzos de cuevas no utilizan tubo. En la fase superficial de una inmersión en una cueva, el tubo es absolutamente inutil. Casi nunca se nada, no hay viento, no hay olas, no hay corriente. No sólo nunca se usa el tubo, sino que ni tan siquiera se lleva como equipo de emergencia.
En el buceo en pecios nunca se utiliza tubo, aunque muchos buceadores llevan uno guardado en el bolsillo, sujeto a las correas del cuchillo o colocado en las alas o la placa de los chalecos técnicos. El tubo se considera como equipo de emergencia en caso de un mala salida a superficie. Durante la inmersión en el pecio se lo ve como un adminículo inútil que, en el mejor de los casos sólo sirve para molestar cuando se quiere meter la cabeza por algún sitio y, en el peor de los casos puede provocar enganches, roturas y atascos de nefastas consecuencias.
Los buceadores de aguas tranquilas tienden a no utilizar tubo. Los que bucean en agitadas aguas abiertas oceánicas suelen utilizarlo, o, al menos, llevarlo.
Para las esperas, las búsquedas y los desplazamientos largos en superficie el tubo es de una gran utilidad. Bajo el agua es una resistencia hidrodinámica y algo que tropieza y se engancha en todas partes. Por ello pienso que el tubo plegable y guardado en un bolsillo es una solución recomendable. Yo utilizo un Aqualung Snap, pueden verse los datos en el sitio original: http://www.aqualung.fr/......Produit=503300
Procedimientos personales en la gestión del tubo.
1.- Si el mar está tranquilo en superficie, sin corrientes ni oleaje, o guardo el tubo en el bolsillo antes de ponerme el equipo o ni tan siquiera lo llevo.
2.- Con aguas agitadas, corriente o previsión de nataciones largas, coloco el tubo en su enganche antes de entrar al agua.
3.- La entrada la realizo con el regulador principal en la boca, después de hacer tres ciclos de inspiración/expiración mirando el manómetro.
4.- Una vez controlada la posición y la flotabilidad en superficie, sujeto el regulador en el arnés y paso a respirar por el tubo, durante las esperas que se puedan realizar por el compañero o por el resto del grupo y a lo largo de todos los recorridos a nado que se tengan que efectuar (tanto el acceso desde la costa al punto de inmersión, como el acercamiento al cabo de fondeo si se bucea desde una embarcación).
5.- Antes de vaciar el chaleco, coloco el regulador en la boca, hago dos respiraciones de prueba y me sumerjo.
6a.- Si las condiciones de superficie son agitadas (la situación en la que el tubo resulta más útil), primero coloco el regulador y lo pruebo, inicio el descenso, y no guardo el tubo hasta alcanzar el ambiente más tranquilo de las profundidades.
6b.- Algunas veces el tubo puede permanecer colocado durante toda la inmersión.
7.- Al final de la inmersión, en función de las condiciones, puedo recuperar el tubo del bolsillo y montarlo en la máscara o no utilizarlo más. Es importante que sea fácil colocar el tubo en su soporte (lo es en el caso del Aqualung Snap que yo utilizo) pues los tubos (sobre todo los muy flexibles) no van bien metiéndolos simplemente bajo la correa.
