En su obra clásica de la década de 1970, Keith Muckelroy (1978) define
un pecio como "el evento por el que un conjunto de artefactos, perfectamente organizado
y dinámico, se transforma en un estado estático y desorganizado con estabilidad
a largo plazo". (“the event by which a highly organized and dynamic assemblage of
artifacts are transformed into a static and disorganized state with long-term
stability”).
El modelo de Muckelroy.
El primer modelo sistemático para la interpretación de la arqueología
de un pecio fue propuesto por Keith Muckelroy en 1976. El modelo de Muckelroy
describe la evolución de los restos materiales de la embarcación desde su
concepción, el proceso de hundimiento, las subsiguientes operaciones de
salvamento y la desintegración y redisposición de los restos por causas
ambientales [Figura 1].
Aunque Muckelroy consideró tanto los procesos naturales como la actividad
antrópica en su modelo, las investigaciones subsiguientes se han centrado
principalmente en desarrollar la influencia de los factores ambientales y se ha
publicado muy poco sobre los procesos obra del hombre.
Además, su modelo de procesos de transformación -por factores tanto
culturales como no culturales (humanos y naturales)- que afecta a un naufragio
sumergido, contempla como resultado el que un pecio, eventualmente, alcanza un
estado de equilibrio y estabilidad dentro de los confines de su nuevo entorno, después
de quedar enterrado bajo los sedimentos del fondo.
Estas condiciones de estabilidad pueden llegar a darse en aguas
profundas (más de 75m.), con baja actividad biológica, alejadas de la pesca de
arrastre y solamente en los pecios muy antiguos, en los que el proceso de
transformación ha culminado y que, por otra parte, son los únicos que le
interesan pues, en sus propias palabras: “La investigación arqueológica en pecios más
recientes, como los primeros barcos de hierro y los vapores, es una pérdida de
tiempo, porque se puede obtener más información del material en los archivos y
museos que de los artefactos recuperados del fondo del mar”. ("Archaeological
research on more recent wrecks, such as early iron vessels and steamships, was
a waste of time because more information on them could be gleaned from material
in archives and in museums than from artifacts recovered from the seabed".
Keith Muckelroy, 1978). Una opinión que no es compartida por muchos
arqueólogos marinos.
Sin hacer ninguna crítica al genio pionero de Muckelroy, se puede
argumentar que su legado ha sido a la vez mal entendido y mal utilizado por
algunos para justificar “la preservación
in situ" como único modelo para la gestión del patrimonio cultural
subacuático. Hoy en día el término conlleva fuertes connotaciones políticas y
remite menos a una condición ambiental que a la idea de ciertos “arqueólogos
modernos y gerentes de recursos culturales” de que todo lo que está en este “Edén de Preservación abismal” se debe
dejar solo, pues los sitios de aguas profundas, se han "congelado" en un estado seguro de
equilibrio.
Destructive cultural impacts on shallow water
wrecks are, of course, reasonably well known. In addition to largescale
looting, these sites can be impacted by piers and jetty construction, for
instance, as well as harborworks, pipelines and dredging (Stewart, 1999:
576-77). More recently, Quinn (2006: 1420) has rejected the widespread theory
that considers wrecks to exist in a state of equilibrium with the surrounding
environment and acknowledges that “wreck sites act as open systems, with the
exchange of material (sediment, water, organics and inorganics) and energy
(wave, tidal, storm) across system boundaries. Wrecks are therefore generally
in a state of dynamic (not steady-state) equilibrium with respect to the
natural environment, characterized by negative disequilibrium, ultimately
leading to wreck disintegration.”
Figura 1: Esquema que muestra el proceso de formación de un pecio,
desde su concepción hasta la conclusión de la investigación arqueológica.
La fase de estabilización, que aquí se cuestiona, está resaltada en color.
La UNESCO y el ICOMOS
Esta creencia es lo que, según algunos, se ha establecido como una
política concreta en el artículo 2.5 de la Convención de la UNESCO sobre la
Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, que establece que "La preservación in situ del patrimonio
cultural submarino se considera como la primera opción, antes de
autorizar o emprender otras actividades dirigidas a este patrimonio". Con
un planteamiento idéntico, el ICOMOS, en el artículo 1 de la Carta para la
Protección y Gestión del Patrimonio Cultural Sumergido (1996), declara que "El objetivo general de la gestión del
patrimonio arqueológico debe ser la preservación de monumentos y sitios in
situ”. La excavación debe evitarse en favor de la investigación no
destructiva, con métodos no intrusivos. (Godfrey et al, 2004).
Las negociaciones que condujeron a la adopción de la presente
Convención dejaron claro que la considerada como "primera opción" era originalmente el equivalente
arqueológico marino de la máxima médica de “ante
todo, no hacer daño". Desafortunadamente, el principio de la "primera opción" ha sido
adoptado por algunos administradores de recursos y arqueólogos como “única opción” y como excusa para
justificar la ausencia de protección o de medidas de conservación en los
lugares de los naufragios. En una línea muy similar a la de la Convención de la
Unesco, el ICOMOS señala al respecto:
Carta para la Protección y
Gestión del Patrimonio Cultural Sumergido (ICOMOS):
Artículo 10: Gestión y
mantenimiento de los sitios arqueológicos.
-
Debe prepararse un plan de uso y gestión que
detalle las medidas de protección y gestión in situ del patrimonio
cultural sumergido, durante y al finalizar el trabajo de campo.
-
El plan
debe incluir información pública, una provisión razonable de estabilización
del sitio, monitorización y protección contra la interferencia.
-
Debe
promoverse el acceso público al patrimonio cultural sumergido, excepto en
aquellos casos en que el acceso sea incompatible con la protección y gestión.
Sin cumplir estas condiciones, el ideal de la preservación in situ es un mito que no siempre
garantiza la salvaguarda del pasado.
El navío VASA y el acorazado
MONITOR, ejemplos de éxito y fracaso en la recuperación.
Como hemos visto, la conservación in
situ no siempre resulta la opción más conveniente, y casi nunca lo es en
pecios en aguas someras y de reciente hundimiento. Estos derelictos están muy
expuestos a la acción degradadora del mar y todavía no han alcanzado la fase de
estabilización. Además en ellos resulta técnicamente muy complejo y enormemente
costoso implementar medidas de estabilización y protección.
Pero, por otra parte, la extracción tampoco garantiza siempre
resultados exitosos. Veamos ahora dos ejemplos paradigmáticos de grandes
proyectos, uno, ejemplo de éxito y otro, de terrible fracaso.
Figura 2: El Vasa, ya expuesto en su museo
|
El primero, es la extracción del navío de línea más poderoso de su
época, el Vasa, de 64 cañones, construido por Gustavo II Adolfo de Suecia en 1628,
hundido en Estocolmo el día de su viaje inaugural y rescatado el 24 de abril de
1961. Actualmente se encuentra expuesto en el museo homónimo en la isla de
Djurgården en Estocolmo. Amplios detalles del proyecto pueden ser
consultados en la página WEB oficial del museo Vasa: www.vasamuseet.se
Figura 3: Planta y
alzado del revolucionario "ironclad" USS Monitor
|
Otro ambicioso proyecto, que a pesar de estar dotado de amplia
cobertura financiera y mediática, es considerado por muchos como un grave
atentado al patrimonio histórico, fue el llevado a cabo entre 1984 y 2000, por
la NOOA (National Oceanic and Atmospheric Administration, la gran agencia
federal norteamericana para la administración de la atmósfera y los océanos) para
el “salvamento” del Monitor, el primer vapor acorazado con la artillería
montada en una torreta. Un buque revolucionario que señala un antes y un
después en la historia de la marina de guerra.
Aunque en la página WEB de la NOAA dedicada al Monitor http://www.marinersmuseum.org/uss-monitor-center
se respira un aire triunfalista y de autobombo, la comunidad científica y de
buceadores norteamericana ha realizado duras críticas a la actuación que, para
recuperar algunos elementos significativos del barco, ha desmantelado su
estructura y provocado la total destrucción del pecio. Alguna de esas argumentaciones
puede leerse aquí: atlanticdivers.websitetoolbox.com..1990
‐monitor‐project… Además, en la página WEB de Gary Gentile, uno de los más
importantes expertos en pecios de la costa Este y un activista en el caso de la
defensa del Monitor, pueden encontrarse referencias a varias de sus
publicaciones: www.ggentile.com/shipwrecks_nautical_history_books. Su postura se sintetiza en la frase:
"Noah gave us the
heritage of the sea, NOAA took it away."
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BIBLIOGRAFÍA:
(1) Muckelroy, K., 1976. The integration of historical and archaeological data concerning an historic wreck site: The 'Kennemerland'. World Archaeology 7.3 pp 280-289.
(1) Muckelroy, K., 1976. The integration of historical and archaeological data concerning an historic wreck site: The 'Kennemerland'. World Archaeology 7.3 pp 280-289.
(2)
Muckelroy,
K., 1978. Maritime Archaeology
(Cambridge University Press). Pag. 157.
(3)
Quinn,
R., ‘The Role of Scour in Shipwreck Site
Formation Processes and the Preservation of Wreck-associated Scour Signatures
in the Sedimentary Record – Evidence from Seabed and Sub-surface Data’, Journal
of Archaeological Science 33 (2006), 1419-32.
(4)
Stewart,
D.J., ‘Formation Processes Affecting
Submerged Archaeological Sites: an Overview’, Geoarchaeology 14.6 (1999),
565-87.
(5) Godfrey, I.M., Gregory, D., Nyström, I. y Richards, V.,‘In Situ Preservation of Archaeological Materials and Sites Underwater’. En F. Maniscalco (ed.), Tutela, conservazione e valorizzazione del patrimonio culturale subacqueo. Mediterraneum, volume 4 (Nápoles, 2004). Pag. 344.
(6)
ICOMOS
CHARTER ON THE PROTECTION AND MANAGEMENT OF UNDERWATER CULTURAL HERITAGE
(1996). Ratificado por la 11th ICOMOS General Assembly, Sofía, Bulgaria,
Octubre 1996.
(5) Godfrey, I.M., Gregory, D., Nyström, I. y Richards, V.,‘In Situ Preservation of Archaeological Materials and Sites Underwater’. En F. Maniscalco (ed.), Tutela, conservazione e valorizzazione del patrimonio culturale subacqueo. Mediterraneum, volume 4 (Nápoles, 2004). Pag. 344.
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