jueves, 26 de abril de 2012

Décimo día de Buceo. Cenote Minotauro. 25 Abril 2012

Santiago y las botellas ya en el agua
A las nueve de la mañana cargo el equipo, todavía salado, en el coche de Santiago y, pasando por tacos El Arbolito, nos vamos a la bodega a reconfigurar latiguillos y lámparas de mar a cueva. Pasamos por la tanquera y un poquito más allá tomamos el desvío al Cenote Minotauro, justo antes de Zero Gravity, el centro DIR/GUE de la zona.

A la entrada la señora que nos cobra nos pregunta que vamos a hacer y cuénto vamos a tardar en salir. -Es que las cosas están muy mal-, nos explica.

El cenote es pequeñito pero muy bonito. El nombre de Minotauro viene de lo laberínticas que son sus cuevas. Tiene varios niveles y multitud de líneas.
Plan de Buceo

Nuestro plan es tomar la linea principal upstream y hacer un salto a la izda. en la quinta flecha para un recorrido circular que no completaremos, pues daremos la vuelta antes de terminarlo (no da con tercios y aunque se sepa que el final del círculo está a la vuelta de la esquina, en cueva nunca se va más allá de tercios, pues si por algún motivo falla algo y hay que dar la vuelta no habría aire para salir compartiendo. Suena un poco paranoico, pero así es como se sale vivo)

El buceo comienza por un tubo estrecho de pop corn con algunos agujeros grandes en el suelo que permiten ver que hay otro piso más abajo. Al cabo de unos 12 minutos la línea desciende y se baja al 2º piso, donde será el resto de la inmersión.

Alternan espacios más amplios con un laminador y varias restricciones, pero el conjunto es bastante ratonero. Sobre paredes de pop corn se superponen elementos de decoración teñida de ácido tánico. Hay columnas y estalagmitas y del techo penden avisperos de estalactitas. Me llama la atención una formación que parece una "Gran ostra" de 4-5 m. de diámetro, algunos paneles, por el color, parecen dientes de bruja... en fin, cada cual, como con las nubes, se imagina lo que quiere, es como el test de Rorschach.
Foto de Thierry Minet

La quinta flecha es doble y señala el salto para el circuito, lo montamos hacia la izda. y vamos pasando varias restricciones que alternan con grandes salas con la que, dicen, es la haloclina más bonita del Yucatán. Está perfectamente definida y se nota como un corte superficial donde el flujo del agua dulce va produciendo ondas, lo que le da la apariencia de un río que fluye por debajo.

Uno de los pasos entre salas es un tubo de pop corn bajo el nivel de la haloclina, agua salada por tanto, en el que estaba terriblemente flotón y me costó mucho mantenerme pegado al fondo, sobre todo a la vuelta, con las botellas más vacías.

La vuelta la hice con bastantes tropezones de los pies en las restricciones, pues tiendo a levantarlos y ya no tenía a Santiago delante para imitarle en la evolución.

Había la posibilidad de hacer un pequeño recorrido por la alternate upstream, más ratonera y por lo visto muy sucia de sedimento pero la verdad es que estaba bastante cansado del palizón de ayer con Cozumel y pasamos, así que salimos, recogimos, comimos los tacos, dejamos las botellas a cargar y el equipo en la bodega y a casa.

La inmersión es muy bonita, pero de evolución muy técnica. Cada vez me está llevando a sitios más difíciles y creo que hoy llegó al límite de mis capacidades para moverme limpiamente por restricciones. Y es que Santiago, como buen apóstol del SideMount, es muy ratonero...

A ver si mañana me lleva a un sitio divertido, pero sin tanta complicación.

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