miércoles, 25 de abril de 2012

Noveno día. Buceo en Cozumel. Palancar. 24 Abril 2012

Lo organiza todo la novia de Santiago que es instructora y guía en aguas abiertas (no quiere saber nada de las cuevas).

A las 7,30 de la mañana pasan a recogerme Audrey, Santiago y, Willian un buzo mejicano que vendrá con nosotros. Pasamos por un hotel a recoger a cuatro canadienses que con tres franceses que nos esperan en el muelle formamos un grupo de once. Realmente, el buceo en el mar es una actividad mucho más social que el buceo en cuevas que, como dice Santiago es más autista.

En el ferry de las 8 llegamos a la isla de Cozumel a las 8,45, cogemos dos taxis y nos dirigimos a una marina deportiva donde nos espera el Anita, con el que salimos a las 9,15 rumbo al Sur.

El mar está algo rizado, pero mejora a medida que bajamos, y al llegar a la zona de Palancar, donde bucearemos, está tumbado. Hace sol y una ligera brisa. Condiciones ideales.

No tiramos en Palancar Gardens (hay varias inmersiones posibles en la zona, considerada la mejor de Cozumel y varios barcos de buceo en los alrededores).

Todo el mundo lleva el típico equipo recreativo a la espalda, excepto Willian, que es guía de cuevas y va en SM y Santiago y yo, que vamos con SM monobotella. Nada más empezar a bajar y ser capturado por la corriente siento que la configuraciòn es una maravilla, amor a primera vista.

El truco consiste en colocar el mosquetón del bungie (que normalmente iría en la anilla del hombro derecho) en la anilla del hombro izquierdo, cruzando el pecho, de esa forma se equilibra la tensión que hace el tanque sobre la cincha izquierda y todo queda perfectamente ajustado. La segunda etapa con el latiguillo largo tambien se monta en del lado izquierdo, y se pasa por detrás del cuello del mismo lado. Es la que se respira y la que se comparte si hiciera falta.

El sitio es un veril muy erosionado, lleno de recovecos y agujeros por los que se puede pasar y en los que crecen esponjas y se resguardan los peces, es bonito y superdivertido y con el SM-mono es una delicia. Es muy hidrodinámico, por lo que resulta fácil desplazarse en la corriente para meterse por los recovecos y uno es muy flexible. Además es muy facil tomar la medida extendiendo el codo izquierdo (como los bigotes del gato).

Vimos un par de tortugas, unas barracudas de las de verdad y multitud de peces de colores. Sorprenden las parejas de peces ángel, que son enormes, hay bonitos ballestas y una enorme variedad de peces cofre (tipo tambiril y similares), algunos muy bonitos. Dominan las esponjas sobre los corales y hay muchas de barril, algunas de buen tamaño. La vida es variada y abundante pero no apabullante.

Salimos justo debajo del barco, que nos iba siguiendo porque ya todos habían terminado, por lo que no hubo que largar boya.

Al salir fuimos a tierra, a un muellito que hay cerca de Punta del Palancar. Comimos algo en el barco y pasamos un largo intervalo de superficie muy animado para, a la una y cuarto, sumergirnos en Dalilah, un sitio de cabezos que llega hasta un pequeño veril, menos paisajístico y con más vida que el anterior.
Santiago y la gran tortuga

Vimos una tortuga enorme y mucho pescado variado, alguno grandecito pero nada descomunal. Una inmersión muy tranquila si Santiago hubiera dejado de darle a las aletas para ir de aquí para allá atravesando la corriente. A los 60 minutos largamos la boya y subimos, algo lejos del barco, que vino a recogernos. Según el GPS entre el punto de entrada y el de salida recorrimos 2.750 metros llevados por la corriente durante 60 minutos..

Después. vuelta a la marina, taxi y ferry de las 4. A las 5 en el hotel,  contento pero muy cansado de tanto trasteo. Esta noche vamos todos a cenar a un sitio que queda en la esquina de mi hotel, así que lo de las crónicas va a quedar justo de tiempo. Desde que dejó de llover y aumenta la vida social por las tardes, cada vez se me hace más difícil encontrar tiempo para esto, pero me apetece seguir con ello, así que, aunque algún día lleguen con retraso, llegarán.

En conclusión, Cozumel está mucho mejor que la Riviera Maya, pero no es el Mar Rojo ni de lejos y si se quiere bucear allí lo mejor es coger un hotel en la isla aunque sea por un par de días porque lo de ir i venir con todos los trastos es agotador.

Mañana, volver a configurar el equipo y mas cueva, que eso si que es una pasada.

No hay comentarios: