Duodécimo día de Buceo. Cenote Pet Cemetery. 27 Abril 2012

Recogida, tacos, equipo, plan de buceo, botellas y a Tulún hacia el Cenote Pet Cemetery.

El Pet, que toma su nombre (Cementerio de mascotas) de los múltiples huesos de animales que aparecen en su caverna, está situado en la misma pista de tierra que lleva al Cenote Dos Ojos, uno de los cenotes más multitudinarios, pero bastante más allá y con muchos más baches.

Entrada al cenote

Es un sitio tranquilo y muy bien cuidado, tratado con un impacto mínimo y mucho mimo. Allí estaba el dueño, todo un personaje, con el que platicamos por horas, tanto antes como después del buceo. Si por el fuera, todavía estaríamos allí. No hubo tema que no se tocase, hablamos de lo divino y de lo humano, historia, filosofía, de México y de España, pero lo más interesante tuvo que ver sobre como gestionar un cenote, sobre la normativa, sus contradicciones, sobre que hacer y que no hacer. Muy entretenido.

A duras penas, entre charla y charla, conseguimos montar el equipo y bajarlo hasta el agua, por una larga y empinada escalera que ya recordaba del año pasado. Entonces fue el bibotella con ala y placa, matador. Ahora, con el SM son dos viajes con una botella, mucho mejor. Durante el porteo un mapache se paseaba por allí, simpático.

Plan de Buceo

Una vez sumergidos empezamos un largo recorrido por una preciosa caverna con grandes columnas muy blancas. Después de un buen rato montamos un enlace a la línea de cueva, llamada I Hope porque conduce a un cenote próximo llamado así (también llamado Dirty Dog). A un par de minutos montamos un salto a la izquierda que nos conecta con la línea Díaz, que es la que conduce al Blue Abyiss, nuestro destino final.

Las salas son increíbles, se ve que abajo hay otro nivel de cueva, como en Minotauro y por todas partes hay preciosas y enormes columnas blancas, tipo churrete de merengue. Después recorremos una serie de salas y restricciones. Entre éstas últimas es famosa la llamada King-Pong, por el ruido que hacen las botellas contra las piedras cuando se pasa, pero no es la única. A medida que avanzamos la cueva se va estrechando y después del salto a la linea de Blue Abyss (a la derecha), se hace verdaderamente ratonera, con un laminador y varias restricciones.

Foto: Vlada Dekina

La línea conduce un gran pozo vertical de 20m de radio y más de 60 de profundidad. Es como un gran cenote dentro de la cueva. Picamos hasta debajo de la haloclina para ver el agua azul que se pierde en las profundidades del abismo y rápidamente subimos al borde del cráter y empezamos la vuelta pues en el picado alcanzamos el tercio.

La vuelta fue muy bien, voy teniendo mejor trim aunque vaya vaciando las botellas y cada vez evoluciono mejor en las estrecheces. Pena que esto ya se acabe, un par de años más y terminaría aprendiendo.

Foto: Vlada Dekina

El plan era volver hasta el primer salto y hacer una penetración por la linea I Hope, pero Santiago cogió algo de resfriado y tuvo problemas para compensar por lo que indicó la salida.
Al entrar habíamos dejado un stage S40 clipado en la línea, lo recogimos, lo llevamos a la zona de aguas abiertas y allí me mostró como colocarlo por encima de la botella derecha (para llevarlo) y como pasarlo a debajo de la botella para usarlo. Lo practiqué un poco y salimos. En el tipo de profundas que hacemos nosotros con botella de deco (Blue Bird, Villa o Alfonso) puede llevarse todo el tiempo por debajo, sin complicarse la vida.

Al final, a pesar de cancelar el paseo por I Hope, hicimos una preciosa inmersión de dos horas con un broche de oro espectacular, el Blue Abyss.

Las escaleras

Al salir volví a recordar los esfuerzos del año pasado para subir las terribles escaleras de la foto con el bibotella a la espalda. En SideMount, primero subir con el arnés, las aletas y eso, luego una botella y después la otra, nada que ver.

Mañana es el último día. Lamentablemente Santiago no está en condiciones de bucear, así que la despedida la haré con Willian, el buzo mexicano que vino con nosotros a Cozumel.  La idea es ir a Xunaan Ha.